Hace unas semanas conversamos con Andrés Costa y Angélica Grove, dueños de un fundo en Lonquén, Valle del Maipo, donde en el año 2000 plantaron 0,75 hectáreas de uvas orgánicas para dar vida a Rukumilla, un vino que toma su nombre de la fuerza materna de la mujer araucana.
El origen
Rukumilla era el nombre de la hija del cacique Millantú y una mujer española, también quiere decir pechos de oro en mapudungun y fue el nombre escogido por sus dueños ya que “con la leche materna, que es uno de los productos más naturales y genuinos que existen” y mientras plantaban las uvas al menos había 3 mujeres embarazadas en el sector.
Del vino, que pudimos degustar durante las celebraciones del Día del Vino Chile en el Mundo del Vino, podemos hablar horas. Un ensamble de Cabernet Sauvignon, Syrah, Cabernet Franc y Malbec, con una producción limitada de 1.500 botellas.
La cosecha se realizó esperando que la fruta estuviera la más madura posible con raleo de uva en marzo para asegurar la calidad y la concentración de azúcar. La vinificación por su parte se realizó sin levaduras externas, ni correcciones de acidez, entregando un producto tal como es, sin filtrar ni tampoco color adicional.
A la cava
Rukumilla paso luego 2 años en barrica encina francesa con unos 5 años de uso, para luego permanecer en una bodega oscura por más de 24 meses para finalmente llegar a las tiendas, tales como el Mundo del Vino ($24.990), Santiago Wine Club y el Rosal de Lastarria.
Su sabor, muy frutal es armonioso y elegante, con un dulzor que va a gustar a conocedores de vino y a quienes quieran aprender más. Puede que cueste creer que es un ensamble al comienzo, pero con cada sorbo y aroma se perciben las cepas. Un excelente vino garage para regalar.