En el Día Mundial del Agua es imprescindible evaluar la situación de nuestro país en relación a este tema, incluso en algunas viñas chilenas que están trabajando en proyectos para ahorrar este recurso, el cual es clave para el desarrollo sostenible.
Viña Cono Sur
Desde Cono Sur explican que actualmente existen muchos sistemas de riego usados en viticultura, desde el tradicional por tendido, hasta los tecnificados como el goteo. Este último es utilizado por la Viña en toda su superficie plantada.
Gustavo Amenábar, Gerente Agrícola de Cono Sur, dice que “los procesos tradicionales son poco eficientes y uniformes. Por lo tanto, con estos sistemas se logra que cada planta reciba la cantidad de agua que requiere para la calidad predeterminada. Además, este mecanismo permite un control absoluto del agua que ingresa a la caseta de riego y la que sale hacia los bloques de regadíos. Este tipo de eficiencia puede moverse desde un 40% en los sistemas tradicionales hasta un 90 % en los tecnificados”.
“En la actualidad, la Viña trabaja en temas relacionados a la sustentabilidad y manejo orgánico. Tiene una buena relación de biodiversidad entre lo que hay en cada lugar, y si no existe lo instala: corredores biológicos, plantas atractivas que albergan una gran cantidad de flora y fauna nativa que se protege de enemigos naturales. La vida del suelo se ve beneficiada con los aportes de enmiendas orgánicas, impactando de forma positiva en la proliferación del hábitat de microorganismos, los que son vitales para mantenerlo sano, y lograr su desarrollo de la mano de una viticultura sustentable”, asegura Amenábar.
Viña Cousiño Macul
En mayo de 2017, Viña Cousiño Macul incorporó en Paine un sistema de membranas (MBR), y dio inicio a la operación de su planta de manejo de residuos líquidos industriales (RILEs). El proyecto que demoró dos años en construirse, hoy permite cumplir con las normativas de estas aguas, mejorar la eficiencia de la viña y reutilizar el agua tratada.
“La tecnología aplicada en esta localidad permite tratar biológicamente los líquidos de la viña, donde a través de cámaras subterráneas con aireación permanente, las bacterias trabajan en un medio adecuado controlando su población. Luego del trabajo de las bacterias, el ril pasa por las membranas, obteniendo agua limpia reutilizable y sin impacto al medio ambiente, y también lodos que pueden ser dispuestos en el campo”, explican desde la viña Cousiño Macul.
En misma línea con lo anterior, “la construcción de la nueva planta de RILEs, permite reutilizar todos los residuos sin contaminar y sin generar olores que puedan impactar a los vecinos. De esta manera, se minimiza la huella hídrica y se logran resultados eficientes en su producción vitivinícola”, agregan.